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Eres... ¿lo que tus abuelos comen?

  • Foto del escritor: Isabela Tellez
    Isabela Tellez
  • 15 sept 2020
  • 5 Min. de lectura

Todos hemos escuchado el famoso dicho: eres lo que comes. Normalmente se utiliza esta frase para referirse a que si comes sano, serás sano, y si comes pura comida chatarra, serás, bueno, una persona chatarra. Al escuchar esto, puedes pensar que solo tú eres responsable por cómo te ves y eres, pero en realidad, puede que no seas solo lo que comes, pero también lo que tus papás o incluso tus abuelos comieron alguna vez.


Suena difícil de creer, pero ¡es verdad! Para entender por qué sucede esto, es necesario explicar primero algo llamado epigenética. La epigenética es el estudio de cómo el ambiente de cada persona afecta si un gen se expresa o no. Es decir, todos tenemos una secuencia de ADN, pero nuestro ambiente afecta cómo ciertos genes (comportamientos, rasgos físicos, enfermedades) salen a la luz. Por ejemplo, si hay mucha contaminación en el aire, hay más probabilidad de que unas cosas llamadas etiquetas de metilo (pequeñas etiquetas que marcan el ADN para que no codifique, o reprima, un gen.) se alteren en el ADN, causando que el riesgo de que adquieras un trastorno neurodegenerativo sea mayor (What is Epigenetics, s.f). Esto es un ejemplo de cómo el ambiente puede afectar la expresión de tus genes, pero la dieta también es un factor en dicha expresión.



En esta imagen podemos ver que la metilación reprimen un gen, manteniendo el ADN enrollado, mientras que otro mecanismo, llamado acetilación, desenrolla el ADN para que se exprese y pueda codificar proteínas.
Acetilación y metilación del ADN


Pero bueno, ¿qué tiene que ver esto con nuestros abuelos? Nosotros heredamos parte de nuestra secuencia de ADN de ellos, lo que significa que también heredamos parte de su cambio epigenético. Esto puede afectar la expresión de los genes que alteran nuestro físico y nuestra mente. A continuación, vamos a ver algunos estudios que explican mejor este fenómeno.


El primer estudio es un estudio de una base de datos realizado en el noroeste de Suecia, llamado Överkalix. Esta investigación consistió en la observación de los datos de salud y mortalidad de 317 personas nacidas en 1890, 1905 y 1920, y la observación de estos mismos datos en sus hijos y nietos. Los resultados se compararon con registros históricos sobre la comida en el pueblo donde vivían, como abundancia del alimento y el precio de este. La investigación demostró que si un abuelo (varón) comía más de lo normal y estaba nutrido en su infancia (justo antes de la pubertad, cuando su esperma se están formando), entonces su nieto (también varón)... ¡tenía mortalidad más alta de lo normal! Es decir, vivían hasta 6 años menos de lo normal. Lo contrario sucedió entre abuelas y nietas, en donde si una abuela experimentaba una etapa de hambruna cuando era un feto o estaba recién nacida (cuando sus óvulos se están formando), su nieta tenía un riesgo de mortalidad más alto (moría antes) (Epstein, 2013). Resumiendo, los abuelos que comían de más durante su infancia ponían en riesgo a sus nietos, y las abuelas que recibían menos comida mientras estaban en el vientre de sus madres ponían en riesgo a sus nietas.


Se piensa que lo que pasó con estas familias fue que los cambios epigenéticos de los abuelos saltaron en las generaciones hasta llegar a los nietos. Podía ser que algunas marcas epigenéticas no se limpiaran completamente y fueran pasadas a las siguientes generaciones. Piénsenlo de esta manera: La abuela, al pasar por periodos de hambruna en el vientre de su madre, experimentaba cambios epigenéticos que hacían que ciertos genes se expresaran, tal vez para combatir esta hambruna y que pudiera sobrevivir. Esto no altera el ADN de la abuela, pero sí altera la manera en que el ADN se expresa. Ahora, uno pensaría que cuando esta abuela se reproduce, el ADN que le hereda a su hija está completamente intacto (sin alteraciones ni cmbios epigenéticos)... pero al parecer esto no es lo que sucede, sino que el cambio epigenético, o la alteración en el ADN, también es heredada. Esto puede causar problemas en sus descendientes, porque si estos no pasan por hambruna, entonces los cambios epigenéticos ocurridos pueden afectarlos de manera adversa, ya que realmente no necestian ese cambio para sobrevivir, y por eso mueren antes.


Sin embargo, esto no solo pasa de abuelos a nietos, también puede pasar de padres a hijos. Un ejemplo de esto es otro estudio, igualmene por Bygren y Pembrey (2000), que se centró en ver cómo se veían afectados los hijos de un padre que fumaba. Encontraron que los padres que empezaban a fumar justo antes de la adolescencia (otra vez, cuando lo esperamas se forman), tenían hijos más gordos en comparación con los padres que empezaban a fumar después (Epstein, 2013).


Esto también pasa con el comportamiento, aunque se han hecho más estudios con animales que con humanos para comprobar esto. Por ejemplo, en 1999 se hizo un estudio con ratas, en donde los investigadores habían críado algunas ratas para que fueran nerviosas y no lamieran ni limpiaran a sus hijos. Algunas de las crías de estas ratas fueron separadas de sus madres y fueron adoptadas por otras madres que sí cuidaban bien a sus crías. Los investigadores después se dieron cuenta que las ratas adoptadas, aunque hubieran nacido de "malas madres" se convertían en "buenas madres" con las crías que tenían en el futuro, tal y como sus madres adoptivas les habían enseñado. Esto significaba que las primeras semanas de vida de una rata era donde sucedían los cambios epigenéticos, y aunque tuvieran el ADN de ratas nerviosas, había alteraciones en este ADN que hacían que se convirtieran en ratas calmadas que cuidaban de sus crías (Epstein, 2013).


Todo esto es increíble, ¿no? La epigenética y las implicaciones que puede tener no han sido muy exploradas, por lo que no se sabe al 100% el por qué de todo lo que acabo de explicar. Sin embargo, mi teoría es la que les mencionaba hace algunos párrafos: si los cambios epigenéticos son heredados, puede ser un problema para la descendencia porque ellos realmente todavía no necesitan esos cambios, lo que puede causar un riesgo de mortalidad más alto en la descedencia, ya que el cuerpo tiene cambios innecesarios y hasta perjudiciales. Esto lo podemos ver en el estudio de Överkalix, donde el cambio epigenético es físico. Sin embargo, un cambio epigenético de comportamiento, como vemos con las ratas, no necesariamente significa un riesgo de mortalidad más alto, ya que solo se está afectando el comportamiento, y no los procesos biológicos del cuerpo.


Ahora que saben todo esto, podrían investigar un poco más sobre los hábitos de sus abuelos para que vean cómo estos pueden verse representados en ustedes. También tomen en cuenta que lo que hacen, ¡puede afectar a sus nietos! Así que tomen buenas decisiones para ellos.


Espero hayan aprendido hoy, y los veo en la siguiente entrada :).





Referencias:

Epstein, D. (2013) How an 1836 Famine Altered the Genes of Children Born Decades Later. Recuperado de: https://io9.gizmodo.com/how-an-1836-famine-altered-the-genes-of-children-born-d-1200001177


Masuelli, Ricardo & Marfil, Carlos. (2011). Variabilidad epigenética en plantas y evolución. BAG. Journal of basic and applied genetics. 22. Recuperado de: https://www.researchgate.net/figure/Figura-1-A-Agregado-del-grupo-metilo-al-carbono-5-de5-de-la-citosina-B-Pasaje-del_fig1_262594983


Vågerö, D., Pinger, P.R., Aronsson, V. et al. Paternal grandfather’s access to food predicts all-cause and cancer mortality in grandsons. Nat Commun9, 5124 (2018). https://doi.org/10.1038/s41467-018-07617-9


What is Epigenetics (s.f) Epigenetics: Fundamentals. Recuperado de: https://www.whatisepigenetics.com/fundamentals/








 
 
 

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